Desarrollan nuevos métodos para "iniciar" corazones sin un donante

Cirujanos cardíacos han descubierto dos nuevos métodos que podrían mejorar la capacidad de los médicos para "revivir" corazones tras la muerte de un donante. Un procedimiento, que salvó con éxito la vida de un bebé de 3 meses que esperaba un trasplante, consistió en extraer sangre oxigenada y bombearla a un corazón que esperaba en la mesa de operaciones, lo que finalmente lo "despertó" y le permitió volver a latir. Otro método consiste en inyectar una solución fría con conservante en el corazón antes de que los cirujanos lo extraigan del cuerpo del donante. Ambos métodos podrían dar lugar a enfoques nuevos y rentables para salvar corazones aptos de donantes fallecidos.
Los investigadores que realizaron los procedimientos, detallados en Popular Science Turkish, afirman que el aumento de la disponibilidad de corazones podría resultar en 100 trasplantes cardíacos más para niños, solo en EE. UU., cada año. Esto podría marcar una diferencia significativa: se estima que 500 niños en EE. UU. mueren cada año esperando un nuevo corazón. Estos procedimientos, realizados por cirujanos de las universidades de Duke y Van Beliet, se describen en dos artículos publicados esta semana en el New England Journal of Medicine (NEJM).
Cómo “reiniciar” un corazón éticamenteTrasplantar con éxito cualquier órgano es un proceso complejo, pero los trasplantes de corazón se encuentran entre los más desafiantes. La mayoría de los corazones que se utilizan actualmente en trasplantes provienen de donantes con muerte cerebral, pero cuyos corazones aún laten. Sin embargo, muchas más personas necesitan trasplantes de corazón que donantes que cumplen estos criterios.
En 2020, investigadores de NYU Langone utilizaron un procedimiento experimental llamado perfusión regional normotérmica (PRN) para intentar aliviar esta deficiencia en un paciente cuya familia había retirado el soporte vital. El corazón del paciente se encontraba en lo que los médicos denominan donación tras muerte circulatoria (DCD). En ese caso, los médicos bombearon el corazón oxigenado de vuelta al cuerpo del paciente fallecido mediante una máquina, mientras el corazón permanecía en su interior. El procedimiento fue exitoso, reanimando el corazón y permitiendo su uso en un trasplante.
Si bien la PRN ha demostrado ser eficaz en algunos casos, especialistas en ética y legisladores han expresado su preocupación por el riesgo de resucitar el corazón de una persona moribunda, lo que podría desdibujar la definición de muerte. Algunos hospitales desaconsejan activamente a los médicos realizar cirugías de PRN. El Colegio Americano de Médicos (ACP) incluso emitió una declaración formal de preocupación, afirmando que la práctica "plantea cuestiones e inquietudes éticas".
Los nuevos enfoques descritos en la revista NEJM de esta semana intentan eludir estas preocupaciones morales con dos métodos únicos.
En el primer procedimiento, cirujanos de la Universidad de Duke extrajeron el diminuto corazón de un bebé donante de un año. Posteriormente, fue operado extracorpóreamente en una mesa de operaciones. El procedimiento, que duró menos de seis minutos, consistió en bombear sangre a través de un tubo conectado a la aorta. La sangre se extrajo del corazón a través de una punción y se recogió en una bolsa.
Esta sangre recolectada fue reoxigenada y bombeada de nuevo al torrente sanguíneo. En cuanto el corazón comenzó a latir, los médicos lo colocaron en una cámara frigorífica estática. De allí, fue trasladado rápidamente a un centro de transporte y, tan solo dos horas después, trasplantado con éxito a un bebé de tres meses. El niño, aún vivo con este corazón revitalizado, recibió el alta hospitalaria dos semanas después de la cirugía. Hasta la fecha, el corazón no ha mostrado signos de rechazo ni insuficiencia.
El segundo procedimiento abordó la dificultad de manipular corazones en decúbito prono (DCD) preservándolos a temperaturas extremadamente bajas. En este caso, cirujanos de la Universidad de Vanderbilt llenaron inmediatamente la aorta de un donante fallecido con líquido oxigenado. Este líquido, diseñado para mantener el vaso relajado, consiste en una mezcla de glóbulos rojos, electrolitos, vitaminas y una solución conservante fría, según el artículo. Estos nutrientes ayudan a reponer lo que se pueda perder durante el proceso de muerte y protegen el corazón durante el trasplante. A diferencia del primer procedimiento, la preservación en frío permite a los cirujanos trasplantar el corazón del donante al receptor sin necesidad de reiniciarlo primero.
"No estamos reanimando el corazón", declaró Aaron Williams, cirujano cardíaco del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en una entrevista con Science. "Lo estamos devolviendo a la vida".
Los investigadores que participaron en ambos estudios afirman que estos nuevos métodos podrían mejorar la capacidad de los cirujanos para trasplantar con éxito corazones de donantes con DCD sin tener que lidiar con las complejidades éticas de revivir el órgano mientras aún está en el cuerpo del donante. Si bien los procedimientos aún están en fase inicial, Joseph Turek, cirujano cardíaco de Duke que participó en la investigación, declaró a Science que la combinación de estos procedimientos podría aumentar la cantidad de donantes pediátricos para trasplantes de corazón hasta en un 20 %.
Cumhuriyet